A 500 años de la caída de la gran Tenochtitlan, atestiguamos desde los augurios de la llegada de los españoles a México hasta la rendición de los mexicas el 13 de agosto de 1521. 21 voces en contrapunto, personas-personajes históricos y de ficción, dan cuenta de mosaicos que, reunidos, conforman el fresco de aquel encuentro brutal que ocurrió entre 1519 y 1521. Cada testimonio es una obra en sí misma, avanzando de manera cronológica, entreverando destinos y relatos en una narrativa apasionante, hasta llegar a la trágica caída de la ciudad invencible.
21 voces que se hacen oír para conformar un fresco que nos da una idea clara de lo que fue La caída de la gran Tenochtitlán. Aquí no se trata de la visión de los vencidos, tampoco de los vencedores, se trata de ambas visiones, 1521: la caída, nos enfrenta y confronta con personas, animales y dioses: 8 originales de estas tierras: Mictlantecuauhtla (Omar Silva -), Martín Océlotl (Jorge Ávalos), Xareni la perra (Elizabeth Pedroza), Malinalli Tenépatl (Kira Rodríguez), Moctezuma II (Mauricio Pimentel), Nochipa (Silvia García), Acamapichtli la dama tigre (Patricia Loranca) y Chichimecatecuhtli (Elías Tocano). 8 españoles: María de Marcaida (Laura Almela), Benito el panderetero (Emmanuel Pavía), Fray Bartolomé de Olmedo (Sergio Zurita), Bernal Díaz del Castillo (David Hevia), Juan Garrido (Gutemberg Brito), María de Estrada (Stefanie Weiss), Hernán Cortés (Raúl Villegas) y Garcí Olguín (Antonio Cravioto). 3 animales: La yegua la Rabona (Daphne Keller), El guacamayo Toznene Tutunaku (Mauricio Pimentel y la perra Lebrela Buenaventura (Grissel Ocampo), 1 deidad: Coatlicue (Elizabeth Pedroza) Y Madame Lázara (Sofía Gabriel Luna), cuyo drama íntimo, hecho de carne y hueso y anhelos y torturas interiores, acciona en un devenir colectivo. Reflexión, ideas, pasiones y vidas reales e imaginarias caminan en el filo de la espada, en los filos de obsidiana. Aquí hay historia, pero ante todo vida, diálogo y confrontación con el presente. La historia se encarna en escena. Lo que pasó emociona en el presente de la acción porque nos hace imaginar y pensar que pudo ocurrir de otra manera y, ante todo, que aquello se puede recordar y pensar en el presente de manera distinta.
Ya hemos platicado con el creador del espectáculo, el singular creador David Olguín, autor y director de los 22 textos; con la diseñadora de vestuario y utileria Laura Martínez, y, para cerrar el relato, toca turno al genial Gabriel Pascal, diseñador de escenografía e iluminación.
¿Qué caminos emprendió para llegar a la maravilla estética y plástica que vemos en el milagro, un círculo con arena, unas líneas, un árbol seco? Parece muy sencillo pero remite mucho y a muchas cosas, pero no debe haber sido nada sencillo.
Si me costó llegar a la síntesis, confirma Pascal, partí de un hecho épico y entonces, ¿cómo representar la parte épica?. Estuve trazando formas hasta que salió este círculo que se volvió mágico, y tracé esas calzadas, que podría ser la Ciudad de México, y un poco traía una imagen del Lienzo de Tlaxcala donde hay una cruz y un águila al centro, lo traía como muy en el inconsciente, pero se volvió eso. Y la arena son los muertos, las cenizas de los muertos y un muro de sangre de todos los que murieron en el inicio de la construcción de lo que hoy somos.
¿El árbol podría ser el de la Noche Triste?
No. Es interesante, mucha gente habla del árbol de la Noche Triste, pero no. Necesitaba un elemento que me dijera que esa arena negra secaba el resto, entonces tenemos el árbol seco. Y mucha gente me ha dicho si no es el árbol de Godot, de Esperando a Godot, tampoco, pero al final, es el árbol que quieran.
Es la maravilla de la característica polisémica de la imagen, que puede tener muchísimas lecturas, y esa es una característica del teatro que ustedes hacen, no dan las cosas digeridas, las insinúan y el espectador le da la lectura con su propia información y percepción.
Si, pero si yo quería hacer un espacio épico que contara esta epopeya, muy apoyado con la luz, con esa cortina de luz se construye el espacio y se arma lo épico. Me hubiera gustado tener mejor equipo, porque la intención que tenía es que esa cortina no nos dejara ver hacia atrás, que cruzaran el espacio y entraran y salieran, quedo en un sueño nada más, y con todos los aparatos que tengo colgados hacemos una pared de luz.
Hay una especie de prólogo, o de obertura, al entrar al teatro, hay un telón, y con él de fondo, se presenta el primer monólogo, al concluir se abre y deja al descubierto este espacio épico.
Tiene otro juego, que, de entrada, no vieras el espacio, que dijeras “que raro este telón”, si algún curioso se asomara, ve un árbol y piensa ¨no vi nada”. Como en los teatros a la italiana con su telón, yo creo que cuando se presenta el espacio, ayuda mucho a la magia de la imaginación del espectador, y de su curiosidad también.
Una realidad, muy digna de resaltarse, es que no hay mayores recursos para hacer una producción más costosa, es una producción austera, pero no se nota pobreza en el escenario.
Lo que yo creo es que, no tanto el dinero, como la síntesis, a mi es lo que me gusta es encontrar la síntesis, y veníamos de Los habladores, que el espacio es un rectángulo, y probar un color en ese cuadrado, y probar otro tipo de iluminación, y me gustó la idea, porque finalmente el espacio es un límite, lo que haces con el espacio es limitar, si hay fondo, si no hay fondo, si es ancho, si es profundo, en fin. Entonces estar probando la síntesis con tres elementos el color, la forma y la proporción, y que podría transmitir a los actores, al espectador.
Este me gusta más porque agarró una cosa, yo digo, mágica, que no tenía planeada. Es una mezcla de luz, un blanco azuloso y una luz blanca amarillenta es lo que mezclo y viajan en el espacio estos tonos blancos amarillento y azulosos y donde se mezclan se vuelve más blanco, se vuelve otro blanco intermedio entre el frío y el cálido.
Esto es resultado de la labor de muchísima gente, que empieza con los textos de David, que también los dirige, después se incorporan tú, Laura, los actores. ¿En qué momento es cuando se da la conjunción de todo y que todo salga perfecto?, ¿cuándo se tiene que ensamblar el engranaje
Ese momento es cuando todos ya entendimos de que se trata en términos creativos, finalmente es un asunto de comunicación, entonces eso se arma hasta que ya logramos entender que dice el autor, que me dijo el director, que hace la vestuarista, como imaginamos cada quien, en nuestra soledad creativa, que va a pasar, y entonces ahí es donde se construye esto. Yo creo que es en el entendimiento de un texto.
Y había una cosa importante que yo creo que nunca tocamos, pero yo creo que es esta cuestión épica, que tiene la historia de cualquier país, la que construye lo que somos.
Tres soledades creativas se unen y dan un todo creativo, al que por supuesto se unen los actores, que mucho aportan.
Que también tuvieron su momento de soledad, en lo que están leyendo, imaginando, pensando, todos en el escritorio, en la mesa, qué sé yo, donde uno trata de engañar a la musa para atraparla y soltarse.
Cuando se juntan todas estas creatividades en solitario, se da la magia, y, insisto, cuando hay comunicación, comprensión, se da el teatro y el teatro es magia, efectivamente.
1521: la caída, espectáculo conformado por 22 monólogos, escritos y dirigidos por David Olguín, con escenografía e iluminación de Gabriel Pascal, vestuario de Laura Martínez Rosas y la participación de 9 actrices y 10 actores en una reunión de largas trayectorias y jóvenes con formación artística notable.
En la cuarta y última batalla, del 2 al 5 de septiembre, participaran:
Elizabeth Pedroza. Coatlicue
Raúl Villegas. Hernán Cortés
Patricia Loranca. Acamapichtli la dama tigre
Antonio Cravioto. Garcí Olguín
Elías Tocano. Chichimecatecuhtli
Sofía Gabriel Luna. Madame Lázara
Y por supuesto que es digna de resaltar la labor histriónica de los 21 brillantes actrices y actores que brindan destacadas actuaciones y que, con su experimentada y sensible director, logran un trabajo homogéneo, que difícilmente se ve en trabajos corales como este, en donde la línea divisoria entre los experimentados y los jóvenes es prácticamente imperceptible.
El teatro es de todos. ¡Asista!
Absolutamente recomendable. ¡Deje todo y corra a verla!
1521: la caída
Textos y dirección: David Olguín
Escenografía e iluminación: Gabriel Pascal*
Vestuario: Laura Martínez Rosas
Actuación: Con Laura Almela, Jorge Ávalos, Gutemberg Brito, Antonio Craviotto, Sofía Gabriel Luna, Silvia García, David Hevia, Daphne Keller, Patricia Loranca, Grissel Ocampo, Emmanuel Pavía, Elizabeth Pedroza, Mauricio Pimentel, Kira Rodríguez, Omar Silva, Elías Toscano, Raúl Villegas, Stefanie Weiss y Sergio Zurita.
Teatro El Milagro: Milán No. 24 Col. Juárez.
Del 12 de agosto al 5 de septiembre
Jueves y viernes 20 horas. Sábado 19 horas, domingo 18 horas.
Cada semana un programa distinto, con funciones presenciales y vía streaming.
Entrada general $250/ maestros, estudiantes, inapam, tarjetahabientes BBVA $150/ vecinos de la Alcaldía Cuauhtémoc $100/ estudiantes de teatro, colaboradores BBVA $80. #JuevesDelEspectador $100
Preventa a través de elmilagr.boletopolis.com// Abono para los 4 programas por $ 400 (funciones presenciales o vía streaming)
Informes: 55 35 12 91 difusionelmilagro@gmail.com www.elmilagro.org.mx
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