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Es maravilloso estar sobre un escenario reinventándolo todo. Por: Salvador Perches Galván.




Ninguna otra especie se dedica al arte,

nadie más se dedica a reproducir y reflejar la realidad.

Ningún otro mamífero ha tomado un palo para dibujar a su presa,

mucho menos para dibujarse a sí mismo.

Y esto del teatro sí ya es la locura total.

Las ballenas no lo hacen, ni los insectos.

Todos tienen un lenguaje pero no lo usan con fines recreativos

ni mucho menos reflexivos.

Me siento un absurdo total.

Es decir, ¿qué locura es esta de la representación?

Aurora Cano. Moscú



Moscú es la tierra anhelada de las hermanas Prózorov, Masha, Olga e Irina, es la única manera de escapar al tedio, el hartazgo y la mediocridad, es la parte medular de Tres hermanas, texto mayor del ruso Antón Chejov, una de las obras mas montadas y visitadas en la escena mundial. Simplemente, el año pasado coincidieron tres diferentes versiones en la ciudad capital de nuestro país, de las cuales hablaremos dada la calidad de los montajes y la posibilidad de regresar a escenarios, como ya lo es una de ellas: Manada, creación del joven y muy talentoso y creativo Luis Eduardo Yee.


Moscú también es título de la magnífica obra y puesta en escena de Aurora Cano, que comparte el mismo título de la obra homónima del argentino Mario Diament, con cuyo montaje el Círculo Teatral celebro sus primeros 13 años de existencia, y que, claro, partía del texto del siempre bucólico Chejov.




El otro día escuché que nosotras tres no somos cultura,

que no somos originarias, que no somos representativas.

Para mí es maravilloso estar sobre un escenario reinventándolo todo,

pero dicen que en este tiempo, en este lugar

eso ya no tiene relevancia antropológica porque llegó de otros mares.

No importa lo que digan, para mí conserva la relevancia ontológica… y espiritual. Spíritus… soplo, aliento, exhalación, respiro…

Yo sí creo que hay algo más allá, en que hay un plan

y en que el arte es parte central de todo.

Aurora Cano. Moscú


Moscú, escrita y dirigida por la también actriz, promotora y gestora cultural Aurora Cano, es un drama sobre tres actrices que cuestionan la pertinencia del teatro mientras intentan llevar a escena Tres hermanas, del dramaturgo ruso Antón Chéjov.


Inmersas en un país violento, las protagonistas se encuentran a punto de colapsar. La enfermedad, la muerte, la burocracia, la permanencia o no del amor y la maternidad, confrontado todo ello con la idea del individuo como centro de toda libertad, son algunos de los tópicos que se abordan en Moscú.



Yo necesito hablar y no solo con palabras,

necesito hablar con el cuerpo y con el color

y explicar mis mundos para perderme realmente en ellos.

Aurora Cano. Moscú


El texto surge de la necesidad de analizar la congruencia actual de las artes escénicas y sus problemáticas en el México contemporáneo. Es un montaje ‘metateatral’ que transita de la sátira a la sublimación, pasando por todo tipo de reflexiones, todas, unas más que otras, perturbadoras.


La historia gira en torno a tres actrices mexicanas, nada más distante, aparentemente, con la creación de Chéjov. Sin embargo, en términos simbólicos, la puesta en escena plantea una comunión entre los personajes de ambos mundos y una innegable simbiosis con la metafísica chejoviana.



No quiero que me cuides, quiero que me escuches

y que de vez en cuando me mires como si no hubieran pasado 300,000 años

entre el descubrimiento del fuego y este escenario.

Necesito volver al rito, tocar el tambor y estremecer las montañas.

Aurora Cano. Moscú


¿Es menester asistir al teatro, único acto de fe que escapa a la esfera de lo religioso que nos obliga a creer en algo? ¿Cómo incide sobre un actor el ejercicio cotidiano de asumir la piel de una persona que vive otra realidad cultural, social, política, histórica? ¿Sirve el teatro para encontrarse o para perderse? ¿Qué tiene que decir Chéjov a las y los mexicanos de los tiempos de la crisis de los paradigmas establecidos en México y en el mundo?


Éstas son algunas de las interrogantes que plantea Moscú, en donde las tres actrices se preparan en el escenario para dar vida a las tres hermanas tres mujeres, mientras lidian con la crisis del teatro nacional a los problemas de la vida cotidiana, como la salud, la maternidad, la primacía cultural de las series televisivas, las relaciones de pareja, la amistad y la situación política nacional e internacional.




Usando el texto chejoviano como espejo y contrapunto, Cano crea una desternillante comedia negra de tono expresionista que, entre carcajadas, presenta los problemas de mujeres profesionistas urbanas contemporáneas y plantea la capacidad del arte para la relevancia, la revelación y la redención en sus creadores, sus intérpretes y sus públicos.


Moscú, es un espléndido ejemplo de como se pueden, y deben actualizar y modernizar textos clásicos. Nunca las Tres hermanas de Chejov han sido tan vigentes como en este momento, como lo demuestra Moscú.



Yo miro cristalinas las luces de tu pelo, la animalidad de tu cuerpo,

la sequedad de tu mirada y con fuerza me elevo para evocar dentro del viento

tu semblante y plasmarlo bajo estas luces,

pero todas las ideas que tengo de ti o del mundo

caen pesadas sobre los techos de esta ciudad de mucho ruido y pocas letras.

Cada que salgo a la calle tengo miedo de que me aíslen

en un cuarto de hora y me dejen sin poemas.

Aurora Cano. Moscú


Moscú es una producción de Teatro de Babel con las actuaciones de Carmen Mastache, Teté Espinoza y Tamara Vallarta, dirigidas por Aurora Cano, como ya se mencionó, también autora del brillante e inteligente texto, con lo cual, la también creadora y directora del festival Dramafest, demuestra que lleva el teatro hasta la médula, que lo conoce desde las entrañas, hasta la gestión burocrática, nada fácil en este país, como también lo muestra en su espléndida puesta en escena. Su reducido elenco es brillante, las tres actrices de probado talento y capacidades histriónicas, en la metateatralidad del montaje, las actrices deambulan en el inicio de los siglos XIX y XX, dos tiempos perfectamente diferenciados en el montaje, pese a estar todo el tiempo en el mismo diseño escénico contemporáneo de Jesús Hernández; el vestuario, al mismo tiempo evocador y atemporal de Jerildy Bosch; al espacio sonoro a la vez contemporáneo y romántico diseñado por Ignacio García (músico, director de escena y creador y director del Festival de Teatro Clásico de Almagro en España).


Becas, apoyos gubernamentales, cuestionamientos en torno a la libertad creadora, presupuestos, problemas para conseguir recintos y una serie de asuntos por el estilo, aunados a los problemas que todos los seres carnales tenemos, familiares, personales, etcétera, se integran al mágico caldero de Moscú, una obra muy divertida, pero al mismo tiempo muy reflexiva, como debe ser toda buena comedia que se jacte de ello.




Creo que en el reflejo y la representación hay claves

que nos revelan en nuestra belleza.

De antropología no sé mucho,

pero creo en la grandeza de nuestro espíritu.

Y creo en ustedes, los que vienen cada noche a vernos.

Aurora Cano. Moscú



El teatro es de todos. ¡Asista!

Absolutamente recomendable.

Moscú. De: Autora Cano.

Dirección: Autora Cano.

Actuación: Carmen Mastache, Teté Espinoza y Tamara Vallarta.

Teatro El Galeón Abraham Oceransky del Centro Cultural del Bosque.

Jueves y sábados 18 y 20 horas; viernes a las 20 y domingos a las 18 horas, hasta el 8 de marzo.

Fotografías cortesía de la producción.

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