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Manzanero en la televisión, el cine y el teatro. Por: Salvador Perches Galván.

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Poco queda por decir sobre el maestro Armando Manzanero, por todos sabido, fallecido el 28 de diciembre a los 85 años tras complicaciones derivadas del Covid-19. Sin embargo, no queremos pasar por alto su paso a otra dimensión, finalmente es un hombre que ha dado lustre internacional a nuestro país, a través de su música, música que, por supuesto, no faltó en la televisión, el cine, o el teatro, teatro, como al que se le asigno, merecidamente su nombre, en su natal Yucatán.



El recinto originalmente fue construido como cine. El cine Mérida, diseñado por el arquitecto Gaetano Maglione, inaugurado en 1949, exhibió películas hasta 1992, cuando cerró sus puertas.

Cinco años más tarde, en 1997 el gobierno del estado de Yucatán adquirió el inmueble, y, con apoyo del Consejo Nacional de Cultura, se remodeló y en 2000 reabrió sus puertas bajo el nombre, Teatro Mérida.

El edicifio cuenta con una sala principal, Arturo de Córdova, con capacidad para mil 200 asistentes; la Cineteca Manuel Barbachano Ponce, con capacidad para 227 personas; y la sala de arte Manuel Cirero con aforo para 101 espectadores. Las salas pueden ofrecer funciones simultáneas sin interferir una a la otra, dado que se les colocó recubrimiento acústico de gran calidad.

El Teatro Mérida se convirtió en el Teatro Armando Manzanero, en honor al cantautor yucateco, que ha sabido llevar a México, a Yucatán y su música alrededor del mundo.


Fuentes confiables acreditan que el maestro Manzanero participó en más de 90 producciones para cine y televisión, tanto en inglés, como en español. Como actor, protagonizó en 1969, la película Corazón contento, conocida como Somos novios, con Angélica María, Palito Ortega y Raúl Rossi.

Somos novios, fue traducida al inglés como It’s imposible, que alguna vez interpretó el rey del rock Elvis Presley, y aparece, tiempo después, en el soundtrack de la película El cielo se equivocó, protagonizada por Robert Downey Jr. y Cybill Shepherd.


El mundo de las telenovelas fue muy favorecido por el talento del yucateco, quien compuso la música para la 2ª versión de la telenovela Corazón Salvaje de 1977, que compite fuerte con la última, para ocupar uno de los principales lugares como la peor telenovela de la historia de los culebrones.

Apasionada (1993), tuvo como tema de inicio No sé tú, interpretado por Luis Miguel, que formó parte del disco Romance, de 1991.

Tres años después, Nada personal, producida por Argos Comunicación para Televisión Azteca, contó con el tema homónimo compuesto por Manzanero, interpretado por él y Lisset. En 2017 para el refrito de la historia, se repitió su canción como tema, esta vez en las voces de Jesús Navarro y Ximena Sariñana.


Mirada de mujer de 1997, que se convirtió en un icono del melodrama telenovelero, una de las historias más exitosas e impactantes, por su temática, su muy cuidada producción, su inmejorable elenco, su realización al estilo cinematográfico, contaría de nuevo con el talento y la sensibilidad del compositor, quien escribió el tema Dime, que interpretó Aranza.



Tentaciones, constituye uno de los capítulos más controversiales en la historia de las telenovelas. Corría el año 1998 cuando TV Azteca estrenó este melodrama que incomodó a sectores por su atípica trama en la que un sacerdote termina enamorándose de una familiar suya. Esto provocó que la producción durara solo tres meses al aire. La televisora tuvo que ceder ante la presión de la iglesia católica que la consideraba “indebida”). Manzanero volvió a catar con Lisset el tema principal de la novela.

Escrita en 1960 y grabada oficialmente hacia finales de aquella década por el mismo, y que forma parte del cancionero y de la cultura sentimental nacional, en 2003, una de sus canciones más emblemáticas, Somos novios, acompañó la historia de amor imposible entre los protagonistas de La Hija del Jardinero. Mariana Ochoa y el propio Manzanero grabaron una nueva versión para aquella producción del 2003.




En 2010 interpretó Entre la espada y la pared tema introductorio de Vidas robadas y en 2013 aportó el tema homónimo Quiero amarte, refrito de Imperio de cristal, en el que lo acompañaron Noel Schrajis y Samo.

Todas estas telenovelas fueron producciones de ambas televisoras, es decir, en el tiempo más fuerte de los vetos televisivos, el maestro se paseaba con toda tranquilidad de San Ángel al Ajusco.




El maestro “amenizó” la boda religiosa de Beatriz Pinzón Solano y Armando Mendoza en el capítulo final de la entrañable y nuevamente en boga, Yo soy Bety…la fea. Acompañado de Olga Tañón el cantautor deleita a los amigos y familiares de los futuros esposos con una de sus canciones más emblemáticas Somos novios.



En el ámbito cinematográfico, el compositor participó con su propio testimonio en el documental Entre Cuba y México todo es bonito y sabroso (México, Cuba. Idalmis del Risco Siota, 2015), en el que compartió su experiencia y amor por ese país.


El arte escénico tampoco le fue ajeno al maestro Manzanero, sin duda algo de su muy amplio repertorio debe haberse utilizado para musicalizar o fondear muchas piezas teatrales. Esta tarde vi llover, en una muy edulcorada coreografía, muy al estilo de Cantando bajo la lluvia, formo parte del musical Bésame mucho, y es muy probable que no sea la única canción de su autoría incluida en aquel musical.


De lo que no hay ninguna duda, es que dejo honda huella en el teatro vía Ciudad blanca, puesta en escena que le dio la oportunidad de cumplir su deseo de incursionar en el teatro musical

Hace 15 años, en febrero de 2006, el intérprete y compositor yucateco, en alianza con Xavier López “Chabelo”, crearon Ciudad Blanca, musical 100% mexicano con música y letra original del maestro Manzanero con las actuaciones de Lisset, Toño Muñiz, Anilú Pardo, Mauricio Martínez y Javier Díaz Dueñas.

Lamentablemente el musical, ambientado en la década de los 30 del siglo pasado, que narra la historia de amor imposible entre Lucía y Pedro no tuvo el éxito esperado, fue un fracaso. “Ciudad Blanca, ha sido uno de mis fracasos porque pasó inadvertida”, comentó el maestro Manzanero sobre el musical, estrenado en el Pabellón de la Alta Tecnología, un teatro itinerante de 4 mil metros cuadrados y capacidad para mil personas.

Ciudad blanca es una historia original de Mario Mandujano, también responsable del montaje, Anilú Pardo, Xavier López Miranda y Rodrigo Murría. Se desarrolla en la Mérida de los años 30, cuando mucha gente llegó de España en busca de fortuna, excepto don Alonso, un español acaudalado, poderoso, quien junto con su hija Lucía, busca paz y refugio luego de la muerte de su esposa.

En su momento, Manzanero aceptó que escribir la música para la obra fue un trabajo arduo. "Es la primera vez que hago algo así. Desde hace tiempo andaba buscando una historia bonita y tuve la suerte de hallar ésta. Esta obra tiene calidad de exportación, es un proyecto ambicioso y maravilloso. Fue un trabajo paciente y dedicado. Leí el libreto y me fui adaptando para hacer las canciones. Fue algo emocionante: demasiada emoción para tan poco corazón. Compuse 27 temas y quedaron 23. Mérida, mi ciudad, no es la de los años 30 del siglo pasado, pero todavía me tocó vivir algo de esos días”.

Chabelo precisó que con Ciudad blanca no buscaban competir con OCESA en el rubro de musicales. "Pretendemos hacer una obra, la nuestra, con música inédita. Las otras son dignas de respeto y tienen su lugar propio".

En la obra se abordaban temas como el amor, el racismo y la lucha de los sindicatos. La música crea un switch, y eso lo logró el maestro Manzanero.

Ciudad Blanca musical 100 por ciento mexicano, surgió con el propósito de crear musicales con la misma calidad de los que se importan en Broadway. Sus creadores, el productor Xavier López Chabelo, y el compositor yucateco Armando Manzanero, pusieron su granito de arena, apostando por la originalidad y las ideas nacionales en contraste con los musicales traídos del extranjero que abundaban por aquel entonces. Sus actores demostraron su calidad interpretativa y artística al dar vida a los personajes centrales de la clásica historia de amor no correspondida, separada por las clases sociales, solo que el contexto era la ciudad blanca, la Mérida, del siglo XX.

Lamentablemente, a tan solo 15 años, no hay grabaciones ni testigos de las canciones de Ciudad Blanca. Con la partida del maestro, sería más que prudente que se rescate aquella producción musical y se grabe para poder recordar, o conocer el aporte de Manzanero a la comedia musical mexicana.


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