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Musicales que nadie quiere escribir. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.



Urinetow es uno de los musicales más desesperanzadores, bajo un título que parece hacer referencia a algo cómico (Ciudad Urinario), se esconde una de las sátiras más amargas contra el sistema legal, el capitalismo, la política y la irresponsabilidad del ser humano, el populismo, la burocracia, la mala gestión empresarial y la política municipal, con referencia a Bertolt Brecht y Kurt Weill, rompiendo los convencionalismos que se esperan de una historia para un musical.

A Kotis se le ocurrió la idea de Urinetown cuando, en una visita mal presupuestada a París en 1995, tuvo que limitar sus viajes a los baños públicos de paga de la ciudad, y ese fue el arranque de la idea, que le llevaría a escribir el musical, con un libreto atípico, donde varios personajes se dirigen directamente al público y comentan entre ellos qué deben revelar o no en cada momento, mientras cuentan la historia.

La trama nos sitúa en una pequeña ciudad azotada por una sequía de más de veinte años, que ha obligado a restringir el uso del agua, hasta extremos de tener que pagar en los baños públicos, quien no tiene dinero, no puede entrar, y si se encuentra a alguien orinando en la calle, lo arrestan y lo llevan a Urinetown, un sitio del que no ha vuelto jamás nadie.

Escrita por Mark Hollmann, música y Greg Kotis, libreto, colaborando juntos en las letras de las canciones, escribieron un musical que, en principio, no interesó a nadie por lo poco convencional del guion, así como por la forma en la que incluso satiriza sobre los propios musicales de Broadway, y con un final ni feliz, ni amargo, simplemente deprimente, pero que invita a reflexionar.

Inicialmente ninguna productora estaba interesada por el musical, finalmente Neo-Futurists, un grupo de teatro experimental de Chicago, acordó producir Urinetown para su temporada 1999-2000. Los planes con los Neo-Futuristas fracasaron, por lo que John Clancy del Festival Fringe de Nueva York aceptó el espectáculo en el festival. El dramaturgo David Auburn, amigo de Kotis vio el espectáculo e inmediatamente llamó a la productora The Araca Group. La compañía produjo por el musical y se estrenó off Broadway en el American Theatre for Actors, trasladándose a Broadway en septiembre de 2001. Originalmente planeado para estrenarse el 13 de septiembre, el espectáculo contenía varias referencias que, después de los ataques del 11 de septiembre, resultarían ofensivas. Finalmente, solo se eliminó una línea del guion y se estrenó el 20 de septiembre de 2001.

Tenemos por un lado políticos corruptos y empresarios que les sobornan con dinero, para que impongan reglas, precios e impuestos, con los que enriquecerse más y más cada día. Los pobres del pueblo, malviven en las peores condiciones, con ropas y muestras de higiene nula, ya que el agua es un privilegio del que no pueden disponer. Caldwell es el gerente de la Urinetown Good Company, que impone al corrupto senador Flipp la tasa de los nuevos impuestos. Hope, hija de Caldwell, conoce a Bobby Strong, encargado con Penny de cobrar en la puerta de un baño público y se enamoran al instante. Más tarde, cuando se publican las nuevas tarifas por utilizar los lavabos, la gente se rebela y es el mismo Bobby, quien decide abrir las puertas de los baños, para que entre todo el mundo sin pagar, rebelándose así contra los poderes establecidos.

El pueblo nombra a Bobby su líder. Cuando Hope descubre lo que ha hecho Bobby, va a hablar con él, pero al descubrir su parentesco con Caldwell, el pueblo decide secuestrarla y utilizarla como rehén, hasta que Bobby hable con el todopoderoso Caldwell y consiga unas mejores condiciones para el pueblo. Caldwell trata de comprar a Bobby con dinero, pero cuando éste lo rechaza, ordena que lo envíen a Urinetown, momento en el que descubrimos que dicha ciudad no existe y que si nadie ha vuelto, es sencillamente porque matan a los que dicen enviar allí, así envían a Bobby a Urinetown. Caldwell desoye las protestas de Penny que le advierte de las represalias que pueda tomar el pueblo con su hija prisionera y aterrada corre a encontrarse con los rebeldes, para ofrecer su vida a cambio de la de Hope, develando que ella es la madre de Hope Caldwell. Hope consigue convencer a los rebeldes de que matarla a ella no es la solución y se dirigen a las oficinas de Caldwell, donde se hacen con el poder y matan al tirano.

Hope permite que la gente pueda orinar gratis, pero al poco tiempo las reservas de agua están al borde del agotamiento y hay dificultad para conseguir agua para beber, entonces el Oficial Lockstock con la pequeña Sally, que nos han ido narrando la obra, nos informan de que Hope a muerto a manos del pueblo y todo ha vuelto a ser como al principio, con los pobres harapientos habitantes, deambulando sin esperanza por los suburbios, como al principio de la obra.

Contra todo pronóstico la obra llamó la atención de los amantes del musical y fue nominado a diez premios Tony, consiguiendo tres (Mejor Libreto, Mejor Música y Mejor Dirección). Los papeles de Bobby Strong y Hope Caldwell están considerados entre los 100 mejores personajes de un musical y entre algunos actores famosos que en diferentes producciones, han interpretado a Bobby tenemos a Patrick Dempsey, Hugh Jackman, Gavin Creel, Jonathan Groff o Darren Criss.

La versión mexicana de Urinetown, adaptada y dirigida por Miguel Septién, se estrenó en el Teatro Metropolitano de Querétaro y en CDMX en el Teatro Hidalgo. El montaje se mudó al Teatro Milán, en donde ha realizado varias exitosas temporadas. La dirección musical y arreglos son de Dano Coutiño, la coreografía de Arantza Muñoz y la minimalista escenografía e iluminación de Félix Arroyo, consiste en una “caja geométrica de nada”, en palabras de Septién) y letreros que ubican: el urinario público o la Urine Good Company” y no se requiere más.

Greg Kotis autor de musicales que nadie quiere escribir, ha comentado que hay gente brillante escribiendo grandes musicales sobre cosas razonables, y que el público espera, adaptaciones de grandes películas o libros, y que como ellos hacen eso, al menos él tiene ese pequeño rincón donde crear algo y por eso decide irse a esta otra esquina.

Kotis estudió ciencias políticas en la Universidad de Chicago, la cual abandonó cuando tomó un curso sobre la escena cómica corta, y se dio cuenta de que quería ser parte de la industria del teatro. Se convirtió en miembro de la Cardiff Giant Theatre Company y los Neo-Futurists. Se mudó a Nueva York en 1995, donde estableció una rama de los neo-futuristas junto con su esposa Ayun Halliday. Mientras trabajaba en el teatro marginal, Kotis trabajó buscando locaciones para el programa La ley y el orden.

En 1998, ante la responsabilidad de mantener a una familia, comenzó a escribir Urinetown: The Musical, y decidió que sería su último trabajo: "Me dije a mí mismo, traté de encontrar una vida en el teatro y nos divertimos un poco ... era hora de seguir adelante. La vida teatral, particularmente nuestra vida teatral, no nos estaba generando dinero. A buscar locaciones y dedicarme a ganar dinero. Con Urinetown, pensé: “Vamos a reírnos una última vez” y su vida cambió.

El autor “incomodo” y nada complaciente, ha aplaudido el Urinetown mexicano, y asistió al estreno de la nueva producción de la compañía dirigida por Septién, Nación primordial, también de su autoría.


Nación primordial con el humor negro siempre presente en las obras de Greg Kotis y Mark Hollmann, aborda temas, también recurrentes en ellos, como la supervivencia de las especies, la lucha por los recursos y el adoctrinamiento de las masas.


Comedia musical, irreverente, diferente, que explora temas existenciales como el amor, la soledad, y los errores que cometemos la raza humana, al consumir los recursos de manera indiscriminada.

Nación primordial, es una obra poco conocida, es la primera vez que se presenta en español, y es un excelente ejemplo de lo que el teatro musical, como forma artística y de reflexión es capaz de hacer.

En pleno era pandémica, con todos los avances tecnológicos de los que disponemos, recursos y materias primas y demás componentes que han facilitado un poco más el día a día, difícilmente nos ponemos a pensar en el proceso evolutivo que nos llevó hasta este momento de la vida, cómo fue que inició la vida y los primeros microorganismos que generarían ciclos de convivencia, eso es lo que llevaría a Greg Kotis a crear este musical fuera de la norma con el que reinventa al género con levaduras como protagonistas.

Tras Urinetown, surge la idea de otro texto que funciona como una precuela y que se piensa como obras paralelas con funciones a la par por la similitud de sus composiciones.

Nación primordial surge como el despertar de la creación, en el 3,000,458,000 a.C. inicia como una presentación de los integrantes de esta pequeña comunidad, entre su rey, sus hijos en disputa por el poder y los demás elementos que conforman la unidad donde cada uno hace parte para hacerle funcionar. Amor, recelos familiares, envidias, revoluciones e innovaciones son algunas experiencias que no les diferencian tanto de nosotros.

Preocupados por la escasez de sal para alimentarse y continuar con su legado, las levaduras se rigen por lineamientos que hacen funcionar su sociedad con reglas inquebrantables lo que nos llevará a una reinvención de emociones con gran acompañamiento musical, donde cada canción cuenta parte de la historia.

Lo que parecieran conceptos bien establecidos por años de permanencia, pronto ha de cambiar cuando las levaduras exploran nuevos confines en busca de algo más que su cotidianidad, como lo dicta la teoría de la evolución, todo ha de seguir un curso hacia adelante encontrando la manera de generar nuevas formas de vida, lo que los pondrá en duda y en controversia con los ideales en… ¿cambio?

Miguel Septién tiene muy clara la historia que tiene entre manos, entiende las motivaciones de sus personajes y cómo han de deambular por el escenario y por sus emociones, teniendo tan sólo cuatro bancas para llevarnos por diferentes cuadros que, con trazos precisos y el acomodo de los actores, recrearán lo necesario de inicio a fin.

Tomando un tema atípico e innovador para hacer un reflejo de nuestra actualidad., Nación primordial es un musical muy particular, con un tema y una dramaturgia peculiares, pero que al final es reflejo de las cosas que estamos viviendo ahora como sociedad.

Greg Kotis prepara un nuevo musical, ZM, que narra como un nuevo sándwich que lanza un restaurante, convierte a la gente en zombie, los empleados de la cadena de comida rápida, inician una batalla contra los zombies.

ZM incorpora las mismos problematicas que aparecen en Urinetown y Nación primordial: avaricia, industrialización, y todas esas prácticas prohibidas.





El teatro es de todos. ¡Asista!


Muy recomendables.



Urinetown y Nación Primordial: de Greg Kotis y Mark Hollmann

Dirección, traducción y adaptación de libreto: Miguel Septién

Actuación: Memo Sánchez, Eduardo Siqueiros, Liliana Rojas, María José Bernal, Caro Vélez, Carolina Reyes, José Grillet, Andrea Biestro, Felipe Reyes Completan el elenco Emilio Schoning y Jorge Garza, Eduardo Torres, Nayeli López, Uriel Valenzuela, Yolanda Padilla, César Ramos, Sara Aimée, Eduardo Torres, Mariana Melo, Pablo Olvera y Karen Castañeda.

Orquestación y dirección musical de Dano Coutiño, diseño de movimiento y combate escénico, Miguel Septién; diseño de escenografía e iluminación de Félix Arroyo; escenografía, Giovana Becker; diseño de vestuario de Giselle Sandiel; coreografía de Arantza Muñoz Montemayor y Miguel Septién.

Orquesta en vivo, con Dano Coutiño en el piano, Álvaro Díaz en la batería, Iván Peniche en el bajo, Yang E. Coutiño (también co-traductor de letras) en la guitarra, y Pablo Olvera como cantante de cabina.

Teatro Milán. Lucerna 64, Colonia Juárez, Metro bus Reforma

Urinetown: sábado 20:30 h, domingo 12:30 h

Nación Primordial: viernes 20:45 h, sábado 17:00 h, domingo 18:00 h



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