En un país totalitario, en el que se ha silenciado a la disidencia, el último preso político sale de prisión. Toda la población ahora es leal al Rey. Los policías del pensamiento están dispuestos a todo para mantener su trabajo, lo que desata una serie de eventos absurdos y extremos que nos hacen reír, pero también reflexionar sobre el rol político de un ciudadano dentro del Estado y el valor real de la libertad. Se trata de la base argumental de Los policías, del dramaturgo polaco Slawomir Mrözek, que presenta en Teatro La Capilla El Grupo Teatral Emergente, dirigida por Jesús Delgado, con quien sostuvimos una interesante charla.
Además de dedicarte, a la actuación, diriges, eres dramaturgo, también eres abogado. Toda tu formación la realizaste en tu natal Venezuela. ¿cuántos años tienes ya en México?.
8 años, ya 8 años tengo aquí. Solamente he ido cinco veces en estos 8 años, un mes cada vez que voy, la última vez presentamos Los emigrantes del mismo autor de Los policías, Mrozek, este año la presentamos un fin de semana, tres funciones.
¿El Grupo Teatral Emergente, que tu formaste y diriges, nace en Venezuela? Si, fue fundada en Caracas hace 15 años y ya tenemos la mitad, un poquito más de la mitad aquí en México. Somos un grupo que nos preocupamos siempre por abordar estos temas sociales, algo que decir en un contexto que nos relacione con la actualidad, es una característica del grupo.
Slawomir Mrozek, sobreviviente de campos de concentración y constante crítico y analista de los sistemas totalitarios, es un escritor satírico y un maestro de la historia corta. Nació en Borzecin, Polonia en 1930 y vivió en París, los E.E.U.U., Alemania y México. Desde 1997, publicó historietas y columnas en Gazeta Wyborcza, el periódico polaco más grande. Es, probablemente el escritor polaco que más ha publicado en su país y el exterior, y por años ha sido, junto con Stanislaw Lem, el escritor más popular de Polonia. Su trabajo se ha traducido y publicado en más de una docena idiomas. Mrozek comenzó a publicar sus historietas en 1950 y publicó regularmente colecciones de historietas desde 1953. Las historietas y sus historias cortas satíricas le trajeron fama temprana e inusual y un lugar único en la literatura polaca contemporánea.
Buscó satirizar los absurdos de la vida bajo el comunismo, y los estereotipos post-románticos de la imaginación polaca.
Es, sin duda alguna, el dramaturgo polaco más emblemático y conocido fuera de las fronteras de su país. Empezó como caricaturista en diversos periódicos y revistas y su primer libro satírico, El elefante, fue un éxito internacional. Periodista, dibujante y guionista cinematográfico, desta La isla de las rosas (1975). Mrozek es conocido, sobre todo, por su faceta teatral. El nombre de Mrozek, empieza a ser conocido a partir de Tango (1965), culminación de un proceso evolutivo representado por las obras de una primera época (La policía, El pavo real, En alta mar, Strip-tease, La fiesta), donde un tímido compromiso político en clave de oposición al régimen se encuentra mezclado con un gran deseo de proyección, con la mirada puesta sobre todo en París, donde Mrozek acabará trasladándose en 1968. Desde entonces, con más de 40 obras publicadas y representadas por toda Europa y cuarenta años de oficio a sus espaldas, Mrozek, probablemente el mejor dramaturgo polaco, se ha convertido en un punto de referencia ineludible en el panorama teatral europeo y, curiosamente, un autor muy poco representado en México.
No es la primera vez que trabajas un texto del autor. Evidentemente, te gusta.
Sí es un autor que me interesa mucho, por sus circunstancias tuvo que migrar, por sus circunstancias tuvo que ser creativo para hablar de ciertos temas por la censura, para esquivar la represión tuvo que sortear muchos obstáculos. Me parece un autor profundo, pero a la vez accesible y conectamos mucho con él. Estas dos obras la verdad es que dan en la médula de lo que queremos hablar.
Es muy interesante ver en escena a una compañía de venezolanos apoyada, tras escena por mexicanos.
Estoy muy contento, yo, en principio, vine por la maestría en la Escuela Nacional de Arte Teatral, ENAT, fueron dos años, ese fue el primer propósito que me trajo aquí, y el trabajo final de esa maestría fue Hamlet en Caracas, ese fue el primer trabajo aquí del grupo, y me gusta mucho México, me gusta estar aquí porque es un lugar donde hay oportunidades, donde se puede trabajar.
Y han encontrado libertad creadora, por supuesto.
Sí, hemos podido hacer la obra que queríamos, creo que es una obra que merece ser vista y considerada dentro de la oferta cultural de la ciudad.
Los policías sigue resonando como si Mrozek la hubiera escrito hace un mes.
Totalmente, es una obra de 1958, hace 65 años y tiene una vigencia impresionante.
Además de la vigencia que tiene, ¿hiciste algún tipo de adaptación?
No. Hubo un proceso de traducción y solo hubo un leve tratamiento para que se entendiera, pero no tanto para traerla a la actualidad o para contextualizarla en Latinoamérica, no, se ha respetado absolutamente, solo que, si había algunas palabras que de plano al traducir no se iban a entender, se buscaron algunas más cercanas, pero solo eso, eso fue lo que lo que se hizo lo hizo Sebastián Torres, la traducción y adaptación del texto.
En agosto de 2015 los hermanos Bichir, dirigidos por su padre Alejandro, presentaron la obra, con el título El último preso o la policía, en el Teatro Helénico.
Los policías figura dentro de la línea del teatro del absurdo, con el humor negro, desgarrador, que caracteriza a Mrozek, quien incluso vivió en México durante su exilio por varios países desde los años sesenta.
Distinguido en Francia como Caballero de la Legión de Honor en 2003 por su trayectoria como escritor, Mrozek plasma en esta comedia muchos simbolismos sobre el poder y su represión contra la ciudadanía, creando lo que llamó “una revolución inversa”, donde el absurdo se manifiesta al seguir todas las normas establecidas por los represores.
Aunque estudió Arquitectura y Bellas Artes, Mrozek empezó su carrera profesional como periodista y a finales de los cincuenta comienza a crear obras de teatro. Su primera pieza, Los policías, escrita en 1958, se estrenó en Nueva York, convirtiéndose en un autor reconocido y representado en todo el mundo. Entre 1963 y 1996 vivió fuera de Polonia, en Italia, México y Francia. Volvió a su país en 1997. Entre sus más de cuarenta piezas dramáticas pueden destacarse: Striptease, Mágica noche, La muerte de un teniente, Tango, La vida contemporánea, Feliz acontecimiento, Los emigrados, El embajador, Entretenimiento, El residente, En alta mar, Un día de verano, El retrato, Las viudas. Amor en Crimea y Una bonita vista. Sus relatos breves, generalmente de tipo satírico y humorístico, están reunidos en volúmenes como El árbol, Dos cartas, El pequeño verano y La mosca.
Por un lado, Los policías es muy cómica, pero por otro, como toda buena comedia, llega a ser una risa dolorosa.
Totalmente. El público hay quien se identifica más con el humor y sufre lo que pasa, dependiendo, por momentos, por momentos está en un lugar y por momentos está en el otro, porque realmente es doloroso, sí, que pueda existir algo así, es una sátira, obviamente, es una caricatura de lo absurdo que resulta este tipo de regímenes totalitarios y esta pretensión de unificar el pensamiento, pero cuando se nos parece, siendo un absurdo cuando se nos parece a algo de la realidad obviamente nos duele un poco.
Es duro, porque, estos gobiernos totalitarios como ustedes han pasado en Venezuela, y como aquí todo parece estarse encaminando a ello, la obra lo retrata muy bien.
Sí, yo creo que nuestro pasado nos conecta con esta historia, entendemos y simpatizamos con los personajes de esta obra que todos son víctimas y victimarios de un sistema totalmente corrompido por las personas líderes, obsesionadas con mantenerse en el poder a como de lugar, que tergiversan la verdad, que son capaces de todo por controlar, por estar sobre los demás. A nosotros eso nos llega muchísimo y por eso nos interesa tocar estos temas, que se piense sobre estos temas, y este es el lugar donde estamos y creemos que, por supuesto, es útil el mensaje de la obra y la reflexión de la obra para este contexto, para el presente, y para cuidar la democracia.
Con actividad desde 2007, El Grupo Teatral Emergente progresivamente se ha abierto un espacio propio en la escena de Ciudad de México y Caracas. Algunas de sus obras más emblemáticas son: Emigrantes, Hamlet en Caracas y Maldito Amor, en México. Escándalos Personales, Un Enemigo del Pueblo y Vestuario de Hombres, en Venezuela. En la sede oficial de Micro Teatro en México, presentaron en 2015 ¿Dónde está el punto? en la temporada Por música y ganaron premios a mejor obra, mejor director, mejor texto, mejor actor y mejor actriz, y en el 2017 El asesino en la temporada Por deseo haciéndose acreedores a premios por mejor obra, mejor texto y dos miembros del elenco fueron reconocidos como mejor actor.
Además de sus temporadas habituales de teatro, han realizado giras, participado en festivales y celebrado numerosos talleres de formación artística.
Dentro de sus propósitos están: mantener un compromiso con el trabajo, respetar al espectador, seleccionar textos cuestionadores y estimulantes, emprender arriesgadas propuestas con un esmerado nivel en producción, puesta en escena y actuaciones.
¿Tienes intención de volver montar a Mrozek?
La verdad sí, está en mis planes, pero todavía no tengo decidido exactamente qué voy a hacer, pero si hay un plan, algo que empieza a gestarse para que sea un tercer montaje a partir de Mrozek, creo que eso es lo que viene.
¿Te has acercado a la dramaturgia Mexicana?
No tanto, la verdad he fallado en ese aspecto, en la maestría leí algunos autores. Conozco a Emilio Carballido, por ejemplo, ya de Venezuela, es un dramaturgo que se lee y se conoce allá, pero la verdad aún me falta mucho por conocer.
¿Y autores Venezolanos?
Montamos el año pasado con los alumnos del nivel avanzado de actuación una obra de una dramaturga venezolana contemporánea Xiomara Moreno, hicimos Mínimas, y cada cierto tiempo hacemos un montaje de un dramaturgo venezolano, claro, que pueda ser entendido, que no sea, digamos, tan autóctono, para que pueda resonar fuerte aquí, como fue el caso de Mínimas, el año pasado. Y si, ellos me mandan, los que aún están en Venezuela y activos, me mandan sus nuevos textos, estamos en comunicación y hay varios que tengo y disfruto. Por ejemplo, conozco y admiro mucho a Gustavo Ott, que es uno de los más sonados dramaturgos venezolanos, y tengo mucha ilusión de hacer una obra de él, no se me ha dado, pero si tengo como un par de textos de él en mente.
Estaría muy bien dar a conocer aquí, dramaturgia de tu país.
Muchas gracias lo tengo en cuenta, creo que el intercambio, estar aquí los actores, el colectivo que se formó allá, es una oportunidad para intercambiar, para conocer, para que siempre podamos aquí, presentar algo y conectar con nuestra tierra, nuestros artistas, nuestros valores y nuestra historia que es cercana y es una historia que nos nutre, que nos enriquece mucho. Si es importante y te agradezco el recordatorio, estaré pendiente de eso.
No migró la compañía junta, al mismo tiempo, han ido migrando, pero debe ser muy estimulante que los integrantes se reúnan en México, periódicamente y sigan haciendo cosas juntos, como compañía, como colectivo.
Sí la verdad. Por una parte, me motiva poder tener esa raíz todavía conectada a Venezuela y que el grupo haya podido convertirse en algo que está siendo parte de la historia del teatro reciente de Venezuela. Ahora que fuimos, pudimos comprobarlo, a nosotros nos siguen de allá, saben lo que estamos haciendo y estamos aportando un granito de arena a lo que se está haciendo en colectivo, entre los que están todavía radicando en Venezuela y los que tuvimos que migrar, en cuanto al movimiento teatral actual, eso es una gran responsabilidad y eso nos motiva mucho y me enorgullece.
El grupo básicamente lo dirigimos Sebastián y yo, somos los que estamos desde el principio, hay unos miembros que tienen cinco años, otros que tienen menos, pero los que estamos desde el principio somos Sebastián y yo.
Y por proyecto nos reunificamos, es decir, no estamos todos, dependiendo. En este caso Sebastián iba a estar, ensayo hasta un poco antes del montaje, pero tuvo compromisos, porque él también escribe, guiones, series, y entonces no se pudo comprometer con este trabajo, lo lamentó mucho, pero ha estado cerca fue el traductor, el que lo adaptó, ha estado cerca, pero no pudo actuar por el tema de las fechas.
Jesús Delgado nació en Caracas, Venezuela. Con vocación artística desde niño, inicia su formación artística a los 16 años en la Universidad Central de Venezuela en el Teatro de Operaciones de la Facultad de Ingeniería con el director Francisco Leo Santacruz, mientras cursaba clases de Derecho en la misma casa de estudios. Durante sus primeros años de formación recibe clases de actuación con el director cubano Noel de la Cruz y luego con Elia Schneider, con esta última descubre las herramientas actorales desarrolladas por los americanos Stella Adler y Sanford Meisner, que luego se convertirían en sus principales referencias.
Luego de titularse como abogado, cursó 3 años de la Licenciatura en Artes también en la Universidad Central de Venezuela. En 2006 participa en el taller de actuación El Procedimiento, con el dramaturgo y director argentino Javier Daulte y realiza estudios en Montevideo de Fonética Práctica, con el primer actor uruguayo Roberto Fontana.
Actúa y dirige en un considerable número de obras teatrales en Venezuela, tales como Contigo, pan y cebolla, La juguetería, La cotufa no baila más, Manteca, Un Enemigo del Pueblo, Vestuario de Hombres, entre otras. En 2011, el diario El Universal y la Revista Claro de Venezuela, incluyen una obra bajo su dirección, Escándalos personales, entre las mejores obras teatrales del año. Ha sido postulado a diversos premios y reconocimientos de su país como el Premio Marco Antonio Ettedgui por su trayectoria artística antes de cumplir los 35 años, Premio Municipal de Teatro de Caracas y Premio El universo del espectáculo.
Cursó una Maestría en Dirección Escénica en la Escuela Nacional de Arte Teatral (México), entre 2014 y 2016, en ella tuvo como maestros a destacados creadores teatrales mexicanos como David Olguín, Martín Acosta, Ignacio Escárcega y Rubén Ortíz. Obtuvo el Premio al Mérito Académico por el mejor promedio de su generación.
En México ha protagonizado varias obras como actor, tales como Yanga de Jaime Chabaud, El traje, de Peter Brook y Emigrantes de Slawomir Mrozek. En dirección ha destacado por su trabajo con la ópera El Castillo de Barbazul para la UNAM, y en obras como Hamlet en Caracas, Maldito Amor, Contra el Sistema, Tu Ternura Molotov, entre otras. Fue galardonado con el premio "Estrella" como mejor director por la obra ¿Dónde está el punto?, y como dramaturgo ha ganado en dos oportunidades el mencionado reconocimiento por ¿Dónde está el punto? y por El Asesino, en las Temporadas Por música y Por deseo de Micro Teatro México.
Ha dictado seminarios y talleres de actuación y dirección en Caracas, Ciudad de México y Guadalajara.
El teatro es de todos. ¡Asista!
Absolutamente recomendable. Deje todo y corra a verla.
Los policías. De Slawomir Mrözek.
Dirección: Jesús Delgado.
Traducción y adaptación: Sebastián Torres
Actuación: Jesús Delgado, Simona Chirinos, Pastor Oviedo, Jesús Nunes y Leonardo Torres.
Iluminación: Edgar Mora
Escenografía: Jesús Delgado
Vestuario: Giselle Sandiel
Maquillaje: Aketzali Reséndiz
Arreglos musicales: Alejandro Alcalá
Asistente de producción: Leonardo Torres
Asistente de escena: Fabián Carmona
Asistente en cabina: Mario Esteban Durán
Bigotes y prostéticos: Martina Atenco
Fotografías: Horacio Flores
Diseño Gráfico: Asallam González
Apoyo al Diseño para redes: Luis Gilberto López
Prensa y difusión: Alondra Montero
Sábados 18 horas, hasta el 18 de noviembre de 2023.
Teatro La Capilla. Madrid 13, Col. Del Carmen, C.P. 04100, Coyoacán.
$350.00 General. Boletos en taquilla y en línea.
El Grupo Teatral Emergente, agradece el apoyo de la Embajada de la República de Polonia en México para la realización de este espectáculo.
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